La EMG es una prueba no dolorosa de los músculos faciales con lecturas registradas en una máquina. Implica evaluar la actividad eléctrica de los músculos. Se colocan electrodos en tu piel para medir estos procesos y mostrarlos en un monitor.

La EMG muestra de manera muy precisa cómo están funcionando los músculos. Se toman registros de los músculos con la boca abierta, mordiendo y también en posiciones sentadas y de pie para ayudar a determinar qué otras partes del cuerpo pueden estar afectadas.

• La EMG ayuda al clínico a controlar el movimiento y la contracción de los músculos que funcionan de manera disfuncional.
• El clínico explica al paciente las relaciones entre la contracción muscular, el estrés y el dolor facial percibido.

Los pacientes deben comprender cómo el estrés puede hacer que los músculos se contraigan y cómo la contracción prolongada y/o frecuente de los músculos puede causar y mantener el dolor facial. Esta explicación es útil para que el paciente maneje el estrés.